Tras cuatro días conectado a soporte vital, el piloto tomó la decisión de dejarlo ir. “Después de cuatro días con soporte vital, luchando con toda la fuerza que tenía, tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida y despedirme de Roscoe.

Nunca dejó de luchar, hasta el final”, escribió Hamilton.

En su sentida publicación, lo describió como “un alma tan hermosa, un ángel y un verdadero amigo”.

Roscoe no era solo una mascota; se había convertido en una figura icónica en el paddock de la Fórmula 1, con su propia cuenta de Instagram con más de 1.4 millones de seguidores y una carrera como modelo.

Su presencia constante en los circuitos lo hizo querido por fanáticos, fotógrafos y otros pilotos.

La noticia generó reacciones de apoyo de la Scuderia Ferrari y de la cuenta oficial de la Fórmula 1, que lo recordó como “una verdadera estrella por derecho propio”.

Hamilton concluyó su mensaje agradeciendo el cariño mostrado a Roscoe a lo largo de los años y confesando que su fiel compañero murió en sus brazos.