En una conversación con el streamer Westcol, el artista negó su responsabilidad en la divulgación del material y afirmó haberse vuelto "inmune" a las críticas.

Durante la transmisión, Beéle expresó su frustración y la presión mediática que ha enfrentado. “Estas situaciones buscan destruirme, pero mantengo mi firmeza”, declaró, sugiriendo que la filtración fue un acto malintencionado.

El cantante añadió que, tras la controversia, ha desarrollado una coraza frente a los ataques en redes: “Después de la primera inyección de la funa, uno es inmune”. La polémica escaló rápidamente, con la aparición de un segundo video y acusaciones cruzadas entre los involucrados.

Mientras Beéle niega haber filtrado el contenido, Isabella Ladera ha sugerido su responsabilidad e incluso ha emprendido acciones legales en su contra en Miami.

La situación ha afectado también al círculo cercano de ambos, incluyendo a sus exparejas. El caso ha pasado del escándalo mediático al terreno judicial, con los equipos legales de ambos artistas recolectando pruebas para proteger su reputación y privacidad.

Beéle, por su parte, insiste en que no permitirá que la controversia afecte su carrera musical y su estabilidad emocional.