En un mensaje posterior más detallado, profundizó en sus motivos: “Renuncié también por respeto al público, porque sé que no estaba completamente preparada y no quería defraudar a quienes confiaron en mí.

Tengo apenas 19 años y no necesito estar pasando por esta situación”.

Su renuncia desató un debate más amplio sobre el ambiente en los concursos de belleza.

La controversia creció cuando Miss Risaralda, Ángela Arcila, ofreció otra perspectiva, afirmando que el comportamiento de Castillo había generado incomodidad entre las demás participantes. A pesar de las diferentes versiones, la decisión de Castillo fue ampliamente vista como un acto de valentía y autocuidado, poniendo el foco en la importancia de la salud mental en entornos de alta presión y exposición pública.