“Me minimicé, me vi solo como mamá y esposa, y olvidé quién era yo como mujer”, confesó.
Uno de los puntos más dolorosos de su relato fue aclarar que la ruptura no fue una elección suya, lo que aumentó su confusión y sufrimiento.
“No es fácil.
La mente te castiga con reproches, te hace sentir insuficiente, y eso puede llevarte a la depresión o la ansiedad”, explicó. La exreina destacó que enfrentar sus mayores miedos, como romper un hogar y la crianza en solitario, fue un “dolor del alma”, pero también una oportunidad para redescubrirse. Tovar habló abiertamente sobre la importancia de la terapia en su proceso de sanación, afirmando que buscar ayuda profesional fue clave para regular sus emociones y confrontar pensamientos negativos.
“La terapia te confronta y te desnuda, pero también te reconecta con tu esencia”, aseguró.
Actualmente, aunque sigue en un camino con altibajos, se siente más fuerte y consciente de su valor, aceptando que la experiencia la está transformando.