Desde el inicio del reality, la participación de Castillo generó reacciones encontradas.

Mientras un sector del público y el jurado celebraban su autenticidad y carisma, otros usuarios en redes sociales la atacaron con memes y comentarios despectivos que cuestionaban su físico y su preparación, llegando a viralizar críticas que la desacreditaban. Ante esta ola de negatividad, la candidata, quien también es estudiante de ciencias políticas, eligió responder con un poderoso mensaje en su cuenta de Instagram.

“El bullying y las críticas no me detuvieron.

Hoy transformo el dolor en fuerza y sueños grandes”, escribió junto a una imagen oficial del certamen.

Sus palabras buscaron inspirar a quienes enfrentan situaciones de exclusión y señalamiento.

A pesar de su postura resiliente, la intensidad del acoso la llevó a considerar cerrar sus redes sociales para proteger su salud mental.

Su caso ha abierto una conversación necesaria sobre los estereotipos de belleza en los concursos y el impacto del ciberacoso.