Tah calificó el momento como “absolutamente aterrador”. A pesar de la hostilidad inicial, el ‘influencer’ y su equipo insistieron, ofreciendo regalos como sal y tabaco. Aunque la sal fue rechazada, un segundo intento en otro punto de la isla fue exitoso, permitiéndoles ingresar al territorio. El video documentó algunas tradiciones de la comunidad, pero también desató un fuerte debate sobre la ética de interactuar con pueblos que han decidido permanecer apartados del mundo moderno. Varios usuarios criticaron a Tah, acusándolo de invadir el territorio de los Bauzi para obtener contenido viral, de exagerar su estilo de vida y de utilizar el calificativo de “caníbales” de forma sensacionalista.
Aunque al final del video el ‘influencer’ asegura haber obtenido testimonios que confirman la práctica del canibalismo, este hecho no ha sido corroborado por ninguna entidad oficial.
La controversia puso en tela de juicio los límites de la creación de contenido de aventura y la responsabilidad de los ‘influencers’ al interactuar con culturas vulnerables, cuestionando si estas visitas representan un intercambio cultural o una explotación con fines de entretenimiento.