Hoyos reveló que, a pesar de vivir un momento de gran éxito profesional en 2016, con un promedio de 250 vuelos al año y giras exitosas, su vida personal estaba en crisis. Se sentía profundamente solo y desconectado de sus emociones, al punto de no sentir nada ante eventos significativos como la muerte de su abuela o la victoria de su equipo de fútbol.
“Yo estaba solo en el apartamento, tenía buena plata, vivía bien, y como la gente pensaba que yo estaba muy ocupado, nadie me invitaba a nada, no tenía a nadie”, confesó.
Esta soledad lo llevó a una profunda tristeza y al consumo de alcohol.
El punto más crítico llegó una noche en su apartamento, ubicado en un piso 16, cuando tomó la decisión de quitarse la vida. “Yo estaba en un piso 16 y dije ‘pues me voy a tirar’”, recordó entre lágrimas.
Sin embargo, justo cuando se disponía a hacerlo, una llamada telefónica de su tía, quien le preguntaba por unos documentos familiares, lo interrumpió. Esa conversación lo distrajo de su intención, y tras buscar los papeles, se quedó dormido.
El humorista aseguró que esa llamada fue decisiva y que, desde entonces, ha trabajado en su salud mental con ayuda profesional. Su testimonio generó una fuerte reacción en redes, donde fue aplaudido por su valentía al visibilizar un tema a menudo tabú.