El crecimiento fue impulsado tanto por el segmento multifamiliar/comercial, que creció un 14,3 %, como por el residencial unifamiliar, que aumentó un 3,4 %.

La compañía alcanzó una utilidad neta de 47,2 millones de dólares y un EBITDA ajustado de 79,1 millones, convirtiendo este periodo en el segundo más rentable de su historia. Sin embargo, la rentabilidad se vio presionada por mayores costos de materias primas como el aluminio, aranceles y la revaluación del peso colombiano. El CEO de Tecnoglass, José Manuel Daes, afirmó que las "iniciativas de precios" ayudaron a compensar estos mayores costos. Un indicador clave de la confianza en el futuro es el backlog (cartera de proyectos), que alcanzó un récord de 1.300 millones de dólares, proporcionando una "excelente visibilidad" hasta bien entrado el año 2026. Como muestra de solidez financiera, la Junta Directiva autorizó la ampliación de su programa de recompra de acciones a 150 millones de dólares. Además, la empresa avanza en el estudio de factibilidad para construir una nueva planta de última generación en Florida, Estados Unidos, para cubrir las necesidades de crecimiento futuro y mejorar la eficiencia logística.