A diferencia de otros ataques, Brash no requiere que el usuario descargue archivos o instale extensiones; basta con visitar una URL maliciosa.

José Pino reportó la falla al equipo de seguridad de Chromium, pero ante la falta de una respuesta oportuna, decidió hacerla pública para alertar a la comunidad. Hasta la fecha de los informes, Google no ha liberado un parche oficial, lo que deja a los usuarios expuestos.

Como medida preventiva, los expertos recomiendan utilizar navegadores con motores alternativos como Firefox o Safari para enlaces sospechosos y emplear extensiones que bloqueen JavaScript por defecto.