El director ejecutivo, Andy Jassy, aclaró que la decisión no fue motivada por razones financieras ni por la inteligencia artificial, sino por un ajuste cultural para que la empresa opere con mayor agilidad. Jassy explicó que el rápido crecimiento de la compañía durante los últimos años, donde casi duplicó su fuerza laboral global desde 2019, había generado “muchas más capas” dentro de la organización, lo que ralentizaba la toma de decisiones y debilitaba el sentido de responsabilidad.

“Como equipo directivo, estamos comprometidos a operar como la startup más grande del mundo, y eso significa eliminar capas”, afirmó.

Este movimiento refleja una tendencia en otras grandes tecnológicas como Google y Microsoft, que también han reducido sus niveles de gestión.

Aunque la IA no fue la causa directa, Jassy advirtió previamente que la plantilla corporativa eventualmente se reducirá a medida que la tecnología asuma más tareas.

Los despidos, que generaron unos USD 1.800 millones en gastos por liquidaciones, se suman a los 27.000 puestos eliminados entre 2022 y 2023. La compañía advirtió que los recortes no han terminado y que continuará ajustando sus equipos, aunque seguirá contratando en áreas estratégicas.

Algunos empleados fueron notificados por mensaje de texto, una práctica calificada como “impersonal” y “deshumanizada”.