El incidente no solo afectó a empresas privadas, sino también a servicios gubernamentales y plataformas educativas.

Aunque Amazon informó que no existían indicios de un ciberataque y que el problema se debió a una “pequeña actualización del servidor”, la magnitud del colapso reavivó el debate sobre la vulnerabilidad de una infraestructura de internet tan centralizada. Expertos señalan que, aunque estos eventos son poco frecuentes, demuestran la fragilidad del ecosistema digital y la necesidad de que las empresas implementen arquitecturas resilientes y planes de contingencia robustos, como estrategias multi-nube, para mitigar los riesgos de depender de un único proveedor.