Si al finalizar esta fase quedan acciones remanentes, se abrirá una segunda etapa para el público en general. Finalmente, en una tercera etapa, Millicom, el otro socio mayoritario con el 49,98 %, tendrá el derecho de preferencia para adquirir las acciones restantes. La decisión de EPM de desinvertir se fundamenta en el desempeño financiero de Tigo-UNE, que ha registrado pérdidas en seis de los últimos diez años, acumulando un saldo negativo cercano a $1,4 billones. EPM ha calificado su participación como un “activo tóxico” y planea destinar los recursos de la venta a fortalecer su plan estratégico y financiar proyectos de infraestructura. A pesar de esta desinversión, EPM ha reiterado que seguirá siendo una empresa 100 % pública.