Sin embargo, el intento fracasó.

Fuentes citadas por el Financial Times revelaron que los procesadores de Huawei presentaron problemas técnicos insuperables durante el entrenamiento del nuevo modelo, lo que obligó a la compañía a revertir la decisión y volver a adquirir hardware de Nvidia, a pesar de las restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos. Este incidente subraya la brecha tecnológica que aún existe entre los semiconductores chinos y los de sus competidores estadounidenses.

Aunque Huawei ha logrado avances significativos, sus chips todavía enfrentan desafíos en términos de estabilidad y rendimiento en tareas de IA a gran escala, lo que obliga a las empresas chinas a buscar alternativas en el mercado internacional, incluso si esto implica navegar complejas regulaciones comerciales.