Esta acción representa una nueva escalada en las tensiones tecnológicas entre China y Estados Unidos.
Recientemente, la Administración del Ciberespacio de China (CAC), el principal regulador de internet del país, convocó a Nvidia para que aclarara los supuestos riesgos de seguridad y la posible existencia de "puertas traseras" en sus chips, una acusación que la empresa estadounidense ha negado categóricamente. A estas preocupaciones se sumaron comentarios de una cuenta en redes sociales afiliada a la televisión estatal CCTV, que citaba a expertos sobre la posibilidad técnica de integrar funciones de rastreo o apagado remoto en este tipo de procesadores. En respuesta, Nvidia reiteró que la ciberseguridad es de "importancia crucial" y que no instala puertas traseras en sus productos. Según informes de Bloomberg, el gobierno chino no solo está advirtiendo a las empresas, sino que también las está interrogando sobre las razones para elegir los chips de Nvidia en lugar de alternativas nacionales. Esta medida busca claramente reducir la dependencia de la tecnología extranjera y fortalecer la industria local de semiconductores, complicando el panorama para Nvidia y otras empresas occidentales en uno de sus mercados más importantes.