Sin embargo, la implementación generó una ola de descontento entre los usuarios, lo que obligó a la compañía a dar marcha atrás en algunas de sus decisiones iniciales. Tras el lanzamiento, que estableció a GPT-5 como el modelo predeterminado en ChatGPT, los suscriptores de los planes de pago se quejaron de que el nuevo modelo cometía errores básicos, carecía de la "personalidad" de sus predecesores y, sobre todo, estaba sujeto a un nuevo y restrictivo límite de 200 mensajes por semana, una cifra que muchos alcanzaban en pocas horas.
La eliminación del acceso a modelos anteriores, como el popular GPT-4o, intensificó las críticas y llevó a muchos a amenazar con cancelar sus suscripciones. En respuesta a la presión, el CEO de OpenAI, Sam Altman, anunció en la red social X que la compañía duplicaría el límite de mensajes a 400 por semana para los usuarios de ChatGPT Plus y, de manera crucial, restablecería el acceso a GPT-4o. Altman admitió que la empresa subestimó la importancia que los usuarios daban a las características de los modelos más antiguos.
Adicionalmente, el lanzamiento se vio empañado por revelaciones de que dos equipos de seguridad lograron hacer 'jailbreak' al GPT-5 con poco esfuerzo, obteniendo instrucciones para fabricar un cóctel molotov y un artefacto explosivo improvisado, lo que generó serias dudas sobre su seguridad.