Estas estrategias buscan eliminar barreras de acceso al empleo y reconocer el potencial de cada individuo para contribuir al desarrollo económico y social del país. Un análisis sobre la discapacidad en Colombia revela una brecha alarmante: solo el 23,5 % de las personas con discapacidad participan activamente en el mercado laboral, en comparación con el 66,4 % de la población general. Para abordar esto, se promueven cambios de enfoque en las organizaciones para que vean la capacidad en lugar de la limitación. A nivel local, el programa ‘Ropero de Inclusión’ en Guacarí (Valle del Cauca) ofrece oportunidades de generación de ingresos para 68 personas con discapacidad y sus cuidadores. En cuanto a la población migrante y desplazada, el SENA se ha unido a la alianza ‘Juntos por la Inclusión’, liderada por ACNUR y el Ministerio del Trabajo, para fortalecer la vinculación laboral de refugiados, migrantes y desplazados internos. Esta colaboración es clave, considerando que un estudio sobre la migración venezolana indica que más del 75 % de esta población trabaja en condiciones de informalidad. Asimismo, la reincorporación económica de los firmantes del Acuerdo de Paz es otra prioridad. En Tumaco (Nariño), la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), en conjunto con el PNUD y la Corporación Minuto de Dios, ha puesto en marcha la Ruta de Empleabilidad para esta población.
Estas acciones demuestran un compromiso creciente por construir un mercado laboral más equitativo y diverso.












