Esta realidad, según el académico, tiene sus raíces en prejuicios profundamente arraigados en la sociedad.

“Sin duda alguna, la parte cultural.

Es decir, todavía seguimos siendo un país patriarcal con atisbo muy fuerte culturalmente frente a la discriminación laboral negativa hacia la mujer”, explicó Morón.

Esta barrera cultural no solo se manifiesta en los procesos de contratación, sino también en la formación académica, donde áreas como las ingenierías registran una baja matrícula femenina debido a prejuicios sobre sus capacidades. La problemática se extiende a casi todo el territorio nacional, pero se intensifica en la región Caribe, donde el mercado laboral mantiene restricciones históricas para el sector femenino. Además de los factores culturales, el experto señala que algunas regulaciones, como las licencias de maternidad, aunque son derechos adquiridos, han podido generar efectos adversos en la contratación de mujeres en ciertos sectores, sugiriendo la necesidad de revisar su reglamentación sin vulnerar los derechos. Ante este panorama, Morón Cárdenas enfatiza la urgencia de diseñar políticas públicas de empleo con un enfoque diferencial: “Si hay que hacer una política pública de empleo, hay que mirar ese rango etario y esa situación de género”.