Otras ciudades de la región con cifras alarmantes son Sincelejo (69,1%), Montería (66,0%), Valledupar (65,4%) y Riohacha (63,0%).

Esta precariedad laboral está directamente ligada a los altos niveles de pobreza. En Santa Marta, el 37,9% de la población vive en pobreza monetaria y el 13,1% en pobreza extrema, consolidándola como una de las ciudades con peores indicadores sociales del país.

A nivel nacional, 13,05 millones de trabajadores no cotizan a salud ni a seguridad social.

Los análisis sugieren que este fenómeno en el Caribe es consecuencia de una exclusión histórica y de modelos de desarrollo, como el turismo en Cartagena, que no logran integrar a la población local. Esto empuja a las comunidades a depender de la economía informal o del “rebusque” como única forma de subsistencia, perpetuando un ciclo de marginalización y falta de acceso a derechos laborales básicos.