Este éxito se atribuye a una estrategia de diversificación económica y a la fortaleza de su capital humano. Sectores como la salud, la educación superior, el comercio, la construcción y los servicios empresariales han sido pilares de su dinamismo. Además, la ciudad ha fortalecido su ecosistema emprendedor, con un crecimiento sostenido de micronegocios. El análisis sectorial revela que, aunque los grandes generadores de empleo como el comercio y la administración pública mostraron un menor dinamismo, otros sectores como alojamiento y servicios de comida alcanzaron un máximo histórico con 53.000 ocupados, impulsados por eventos como la Feria Bonita. A pesar de estas cifras alentadoras, Bucaramanga enfrenta retos como una tasa de informalidad que afecta a cerca del 48 % de los ocupados y brechas de género en el empleo.