Sin embargo, esta cifra positiva se ve opacada por otras realidades estructurales.
Un informe de Raddar CKG Latam reveló que las mujeres en Colombia ganan en promedio un 12 % menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, una brecha que se agudiza drásticamente en las zonas rurales, donde la diferencia salarial alcanza el 25,2 %.
A esto se suma la carga desproporcionada del trabajo de cuidado no remunerado. La Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del DANE evidenció que las mujeres dedican en promedio 7 horas y 44 minutos diarios a estas labores, más del doble que los hombres. Este trabajo invisible, si tuviera un valor económico, equivaldría al 19,6 % del PIB nacional, lo que subraya su importancia para la economía del país, pero también la barrera que representa para la participación laboral plena y equitativa de las mujeres. La persistencia de estas brechas salariales y de cuidado demuestra que, más allá de la mejora en las tasas de ocupación, se requieren políticas integrales para transformar las estructuras culturales y económicas que limitan el desarrollo profesional de las mujeres.












