Asimismo, se restableció el pago de recargos nocturnos a partir de las 6:00 p.m., así como los dominicales y festivos, asegurando una remuneración más justa por el trabajo en horarios especiales.

La reforma también fortalece la protección a la familia, ampliando la licencia de paternidad de manera progresiva hasta alcanzar las cuatro semanas en 2026, y establece la licencia parental compartida y flexible.

Además, introduce una regulación específica para el teletrabajo y los empleados de plataformas digitales, buscando garantizar sus derechos en estos nuevos modelos laborales. Con el objetivo de cerrar brechas de empleo, la ley contempla incentivos tributarios para las empresas que contraten de manera formal y permanente a jóvenes y mujeres. La normativa ha generado reacciones diversas: mientras que las centrales obreras la celebran como un avance histórico hacia el trabajo decente, algunos gremios empresariales han expresado preocupación por los potenciales sobrecostos, especialmente para las pequeñas y medianas empresas. El Gobierno, por su parte, defiende que la reforma es una herramienta clave para dinamizar la economía y mejorar el bienestar social.