Las mujeres jóvenes son las más perjudicadas por esta situación, reflejando brechas de género estructurales.

Uno de los factores que agrava el panorama es la desconexión entre el sistema educativo y las demandas del sector productivo. Un estudio denominado “Carrera de los sueños”, realizado en Latinoamérica, reveló que el 41 % de los universitarios colombianos encuestados no cuenta con ninguna experiencia laboral, ni siquiera a través de prácticas profesionales. Esta falta de experiencia se convierte en un obstáculo significativo al momento de buscar el primer empleo. Para abordar esta crisis, tanto el gobierno como el sector privado han impulsado iniciativas como ferias laborales masivas y programas de formación en competencias digitales. Sin embargo, la magnitud del problema exige políticas públicas más profundas que promuevan la articulación entre la academia y las empresas, fomenten el emprendimiento juvenil y generen incentivos para la contratación de talento joven sin experiencia previa, con el fin de transformar el potencial de esta generación en un motor de desarrollo para el país.