Para fortalecer su autonomía, se han implementado programas como “Raíces, mujeres sembradoras del cambio” de ONU Mujeres, que ha beneficiado a 835 mujeres en Nariño, Cauca y Valle del Cauca, apoyando 26 emprendimientos.
Ingrid Ampudia, representante de una organización en Tumaco, afirmó: “Hemos aprendido a fortalecer nuestros conocimientos... y a confiar en nuestras propias capacidades”. Adicionalmente, en Chaparral, Tolima, más de 20 organizaciones campesinas recibieron una inversión superior a los dos mil millones de pesos del Fondo de Fomento a la Mujer Rural (FOMUR).
Sin embargo, los desafíos persisten: los hogares rurales con jefatura femenina presentan mayores índices de pobreza multidimensional (25,9 % frente al 23,4 % con jefe masculino) y continúan enfrentando barreras para acceder a tierra, crédito y mercados.
Como expresó una lideresa campesina, “No queremos subsidios, queremos oportunidades justas”.
Estas iniciativas buscan no solo proveer recursos, sino también visibilizar y valorar un trabajo que sostiene la economía comunitaria y la soberanía alimentaria del país.













