Uno de los hechos más alarmantes fue que, durante la verificación, los trabajadores desaparecieron de los barcos. Según el ministro, informaciones posteriores indicaron que “habían sido retenidos en una de las bodegas”, lo que podría constituir un delito y fue puesto en conocimiento de la Fiscalía y del Ministerio del Interior. Además, se encontraron anomalías en la documentación de los empleados, tanto colombianos como extranjeros, quienes no contaban con pasaportes en regla, lo que sugiere posibles violaciones a las normas migratorias. La viceministra encargada, Sandra Muñoz, calificó la situación como una que presenta “innumerables riesgos a la salud, el bienestar y la vida de los trabajadores”. La medida busca enviar un mensaje claro a los empleadores sobre el cumplimiento de la legislación laboral vigente, incluida la reciente Reforma Laboral.