Sin embargo, este panorama optimista a nivel nacional contrasta con la realidad de varias ciudades intermedias.

Neiva, por ejemplo, reportó una tasa de desocupación del 9,7 % para el trimestre junio-agosto, superando el promedio nacional y completando tres trimestres consecutivos con el desempleo al alza. De manera similar, el Área Metropolitana de Bucaramanga registró una tasa del 9,2 % en 2024. Más preocupantes aún son los indicadores de desempleo juvenil y de informalidad en estas regiones.

En Bucaramanga, la desocupación juvenil alcanzó un alarmante 17,6 %, mientras que en Neiva fue del 16,5 %. La informalidad también sigue siendo un problema grave, afectando al 45,4 % de los ocupados en el área de Bucaramanga y a un 52,9 % en Neiva. Estos datos demuestran que, si bien la economía nacional genera empleo, los beneficios no se distribuyen de manera equitativa en todo el territorio, y persisten brechas importantes que afectan desproporcionadamente a los jóvenes y mantienen a una gran parte de la fuerza laboral en condiciones de precariedad, sin acceso a seguridad social ni estabilidad.