Este fenómeno tiene consecuencias profundas, ya que se asocia con baja productividad, menor recaudación fiscal y una mayor vulnerabilidad económica para millones de familias.

De los 393.000 nuevos empleos creados en el último año, 156.000 fueron informales, lo que indica que el 40 % del crecimiento laboral se basó en empleos irregulares, consolidando a la informalidad como un motor oculto pero precario de la economía.