En este contexto, la flexibilidad laboral se convierte en una herramienta fundamental para equilibrar la vida profesional con las actividades domésticas y familiares. El estudio sugiere que estos modelos no solo aumentan la participación femenina en el empleo formal, sino que también facilitan que los hombres asuman más tareas del hogar, promoviendo la equidad de género. A pesar de esta alta demanda, la implementación del teletrabajo en el país aún es limitada. Un informe de CODESS, basado en datos del Banco de la República, señala que, aunque el teletrabajo ofrece mejores salarios, solo el 10% de las empresas lo ha implementado, lo que indica una brecha entre las expectativas de los trabajadores y las prácticas empresariales actuales.