El auge de las tiendas de descuento duro, como D1, Ara e Ísimo, ha generado un impacto positivo y significativo en la creación de empleo formal a nivel municipal en Colombia. Un estudio reciente del Banco de la República concluye que, en los últimos cinco años, la llegada de estas cadenas aumentó en un 10 % el número de empleos formales en los municipios donde operan. El informe del Emisor destaca que el beneficio de este modelo de negocio no se limita a ofrecer precios bajos a los consumidores, sino que se extiende a la generación de oportunidades laborales que sustentan a miles de familias. La estrategia de alta densidad de tiendas, que implica la apertura de numerosos puntos de venta incluso en barrios y municipios pequeños, ha requerido una considerable fuerza laboral para roles como atención al cliente, manejo de inventario y operación de caja.
El impacto no se restringe a los empleos directos en las tiendas. El estudio señala que “el aumento de la demanda, por parte de las cadenas de descuento duro hacia los proveedores formales locales, parece explicar el aumento del empleo en estas industrias, en particular en la manufactura, la agricultura y la construcción”. De esta manera, su crecimiento ha dinamizado toda la cadena de valor, desde la logística y distribución hasta el fortalecimiento de pequeños y medianos productores colombianos que se han convertido en sus proveedores.
Este fenómeno demuestra cómo un cambio en el sector retail puede tener efectos multiplicadores en la formalización y dinamismo del mercado laboral regional.
En resumenSegún un estudio del Banco de la República, las tiendas de descuento como D1, Ara e Ísimo han incrementado el empleo formal en los municipios colombianos en un 10 % en los últimos cinco años. Este impacto se debe tanto a la contratación directa en sus múltiples puntos de venta como al estímulo de la demanda a proveedores locales.