Entre los cambios más relevantes se incluyen ajustes en los contratos a término fijo, nuevas reglas para horas extras y recargos, y la flexibilización de jornadas para cuidadores.
Un aspecto destacado es el restablecimiento gradual del pago del recargo por trabajo dominical y festivo al 100 %, que se hará obligatorio a partir del 1 de julio de 2027, comenzando con un aumento al 80 % en 2025 y al 90 % en 2026. Además, la reforma amplía las modalidades de teletrabajo y establece mayores obligaciones en materia de inclusión laboral. Según el Ministerio de Trabajo, esta reforma tiene el potencial de generar hasta 91.000 nuevos empleos y un aumento del 3 % en los ingresos de los trabajadores. Para el sector empresarial, el principal reto radica en la gestión y trazabilidad de estos cambios. María Victoria Delgado, gerente de Defontana en Colombia, señala que “los recientes cambios normativos representan un desafío que requiere procesos automatizados para garantizar el cumplimiento, minimizar riesgos y mantener la continuidad operativa”. La correcta implementación es crucial, ya que errores en la liquidación de recargos o en el registro de horas extra pueden derivar en investigaciones del Ministerio de Trabajo y reclamaciones judiciales, afectando la estabilidad y reputación de las compañías.