Entre las modificaciones más relevantes se encuentran ajustes en los contratos a término fijo, nuevas reglas para horas extras y recargos, la ampliación de modalidades de teletrabajo y mayores obligaciones en materia de inclusión. Un punto central es el incremento progresivo del recargo por trabajo dominical y festivo, que pasará del 75 % actual al 80 % a partir del 1 de julio de 2025, al 90 % en 2026, y alcanzará el 100 % el 1 de julio de 2027.
La ley también refuerza la reducción gradual de la jornada laboral a 42 horas semanales sin disminución salarial y establece derechos para los trabajadores de plataformas digitales. Según un estudio del Ministerio de Trabajo, una correcta implementación de la reforma podría generar hasta 91.000 nuevos empleos y un aumento del 3 % en los ingresos de los trabajadores. Sin embargo, para los empleadores, representa un reto operativo. María Victoria Delgado, gerente de Defontana en Colombia, advierte que “los recientes cambios normativos representan un desafío que requiere procesos automatizados para garantizar el cumplimiento”. Las empresas que retrasen su adaptación se exponen a sanciones, litigios y pérdida de confianza, por lo que la adopción de herramientas tecnológicas se vuelve fundamental para asegurar la trazabilidad y el cumplimiento normativo.