El impacto es multifacético.

Directamente, cada nuevo punto de venta genera entre 10 y 15 empleos para funciones como atención al cliente, manejo de inventario y caja. Indirectamente, su crecimiento ha impulsado la creación de puestos de trabajo en toda la cadena de valor, desde la logística y distribución hasta los proveedores y productores locales, muchos de los cuales son pequeñas y medianas empresas. Además, la necesidad de gestionar operaciones a gran escala ha requerido la creación de estructuras corporativas robustas, generando empleos en áreas administrativas, financieras y de recursos humanos. Ferias de empleo, como la organizada por Tiendas D1 y el Sena en Itagüí, demuestran su rol activo como una fuente vital de primer empleo y reubicación laboral en el país.