Sin embargo, esta cifra sigue siendo alarmantemente alta y casi duplica la tasa general del país. El senador José David Name Cardozo, en una columna de opinión, advirtió sobre la gravedad del fenómeno: “Estamos fallando al no garantizar oportunidades laborales a nuestros jóvenes, perpetuando la desigualdad, la pobreza y limitando el desarrollo del país”. La situación es aún más crítica en algunas regiones.
Ciudades como Quibdó (38,5%), Sincelejo (27,6%) e Ibagué (25,5%) registraron las tasas más altas en el primer trimestre del año.
Además, mientras la tendencia nacional es a la baja, en Neiva y el Área Metropolitana de Bucaramanga el desempleo juvenil ha aumentado recientemente, pasando al 18,9% y 14,1% respectivamente. Un informe del Centro de Estudios Económicos de la ANIF subraya que las principales barreras son la falta de experiencia y la brecha de habilidades, ya que los programas educativos tradicionales no logran integrar competencias clave como la digitalización y el análisis de datos. Con más de 2,68 millones de jóvenes sin empleo, Colombia se mantiene como uno de los países con la tasa de desempleo juvenil más alta de América Latina.