Por su parte, Neiva experimentó un deterioro aún mayor.

La directora del DANE, Piedad Urdinola, confirmó que “la tasa de desocupación tuvo un ligero aumento de 10.1% a 10.3% en la ciudad de Neiva”.

Este incremento sitúa a la capital opita con el noveno indicador más alto del país, con al menos 16.000 personas buscando trabajo.

Las ramas más afectadas fueron “comercio y reparación de vehículos, transporte y almacenamiento, y las actividades profesionales, científicas y técnicas”.

Además, la ciudad enfrenta un aumento en la informalidad laboral, que alcanzó el 51,2%, y un preocupante ascenso en el desempleo juvenil, que llegó al 18,9%, el octavo más alto entre las ciudades analizadas. Este comportamiento adverso en ambas ciudades subraya la heterogeneidad del mercado laboral colombiano y la necesidad de políticas focalizadas para abordar las crisis económicas locales.