Estos mecanismos buscan aliviar la carga económica de los hogares mientras sus miembros se reincorporan al mercado laboral. Uno de los principales pilares de este sistema es el Mecanismo de Protección al Cesante (MPC), que otorga una transferencia económica equivalente a 1,5 salarios mínimos, distribuida en cuatro pagos mensuales decrecientes.

Además, cubre los aportes a salud y pensión del beneficiario por un periodo de hasta seis meses.

Para acceder a este beneficio, es necesario haber estado afiliado a una caja de compensación, estar inscrito en el Servicio Público de Empleo y no haber recibido esta ayuda en los últimos tres años.

Paralelamente, existen subsidios de arrendamiento diseñados para personas desempleadas.

En Bogotá, la Secretaría del Hábitat ofrece una ayuda de hasta $882.570 mensuales durante un año, dirigida a hogares con ingresos inferiores a dos salarios mínimos. Las cajas de compensación como Colsubsidio y Compensar también disponen de subsidios similares, con montos que pueden alcanzar los $854.100 mensuales por hasta 12 meses, siempre que no superen el 90 % del valor del arriendo. Cajas como Cajasai en San Andrés también gestionan el subsidio al desempleo, invitando a los postulantes a acercarse a sus oficinas.

Aunque cada programa tiene requisitos específicos, los hogares pueden complementar estas ayudas para asegurar un ingreso mínimo y cubrir gastos esenciales como la vivienda.