Informes recientes evidencian que casi la mitad de los jóvenes del país no tienen acceso a oportunidades de empleo o educación formal. Según el DANE, la tasa de desocupación para la población entre 15 y 28 años fue del 15 % en el trimestre móvil mayo-julio de 2025, una disminución de 2,2 puntos porcentuales frente al mismo periodo de 2024.

Sin embargo, este promedio nacional oculta realidades dispares.

Mientras ciudades como Neiva y Bucaramanga vieron aumentar su desempleo juvenil a 18,9 % y 14,1 % respectivamente, otras como Quibdó (33,7 %), Sincelejo (24,9 %) e Ibagué (23,7 %) presentan las tasas más altas.

Un informe de la Alianza por la Inclusión Laboral revela una problemática más profunda: el 43 % de los jóvenes colombianos está desconectado del sistema educativo y laboral, y solo 4 de cada 10 acceden a la educación superior tras terminar el colegio.

Adicionalmente, el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos como "ninis", aunque disminuyó, se mantiene en 2,49 millones. Un análisis del Centro de Estudios Económicos de la ANIF señala que los principales factores de esta problemática son la falta de experiencia y el desajuste entre la formación académica y las habilidades que demanda el mercado, como las competencias digitales y el análisis de datos. Esta situación perpetúa un ciclo de informalidad, donde el 57,1 % de los jóvenes ocupados trabajan sin protecciones sociales.