No obstante, esta cifra sigue siendo considerablemente superior a la tasa general. La situación es particularmente grave en algunas ciudades; por ejemplo, en Neiva, el desempleo juvenil continuó su escalada hasta alcanzar el 18,9%, consolidándose como la octava ciudad con la tasa más alta. De manera similar, en el Área Metropolitana de Bucaramanga, el indicador pasó del 12,2% al 14,1%. Un informe de la Alianza por la Inclusión Laboral revela una realidad más profunda: el 43% de los jóvenes colombianos está desconectado del sistema educativo y laboral. Un análisis del Centro de Estudios Económicos de la ANIF complementa este panorama, señalando que los dos principales factores del desempleo juvenil son la falta de experiencia y el desajuste entre la formación académica y las habilidades que demanda el mercado, como la digitalización y el análisis de datos. Esto evidencia que el problema es estructural y requiere de reformas profundas que conecten de manera más efectiva la educación con el mundo laboral.