Esto representa una diferencia de 4 puntos porcentuales, una brecha que, aunque se ha reducido ligeramente en comparación con el año anterior, sigue siendo considerable. En el dominio de las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas, la diferencia es menor pero igualmente notoria, con una tasa de 9,7% para las mujeres frente a un 7,3% para los hombres, resultando en una brecha de 2,4 puntos porcentuales. Esta disparidad demuestra que las mujeres enfrentan mayores dificultades para acceder y mantenerse en el mercado laboral.
Factores como la carga desproporcionada de las labores de cuidado no remunerado, la segregación sectorial y la discriminación en los procesos de contratación continúan limitando sus oportunidades. Aunque la creación de 421.000 empleos para mujeres en el último año es una señal positiva, la persistencia de esta brecha subraya la necesidad de implementar políticas públicas con un enfoque de género más robusto para abordar las causas estructurales de esta desigualdad y promover una verdadera equidad en el ámbito laboral.