La postura de los sindicatos cuenta con el respaldo del Gobierno del presidente Gustavo Petro, quien ha manifestado su apoyo a un alza significativa. El Ministerio del Trabajo, además, confirmó que para esta negociación se incluirá una nueva variable sugerida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT): el “salario vital móvil”, que considera los costos de necesidades básicas como alimentación, vivienda y educación.

Sin embargo, la propuesta enfrenta la resistencia del sector empresarial.

Gremios como Fenalco han advertido que un aumento de esta magnitud podría ser complejo de asumir, con el riesgo de generar despidos o frenar la contratación. Los empresarios y analistas, junto con el Banco de la República, apuntan a un incremento no mayor al 7 %, argumentando que un alza desproporcionada podría presionar aún más la inflación. Si no se llega a un acuerdo antes del 15 de diciembre, la decisión final quedará en manos del presidente, quien tendrá hasta el 30 de diciembre para decretar el ajuste.