Este persistente aumento de precios ha sido impulsado por varios factores. Uno de los componentes con mayor incidencia ha sido el servicio de gas, que registró una variación anual del 13,28 %, convirtiéndose en el rubro con mayores alzas dentro de la canasta energética. Adicionalmente, la división de restaurantes y hoteles también ha ejercido una presión significativa, con un incremento anual del 7,61 %. La persistencia de estas presiones inflacionarias genera un dilema para el Banco de la República. Codirectores del emisor han manifestado su preocupación, señalando que la estabilidad de la tasa de interés en 9,25 % podría no ser suficiente para asegurar la convergencia de la inflación hacia la meta del 3 %. Ante este panorama, el mercado no anticipa recortes en la tasa de intervención en lo que resta del año ni en la primera mitad de 2026. La incertidumbre se agrava por riesgos futuros como el aumento del salario mínimo para 2026, la volatilidad de la tasa de cambio y los ajustes en tarifas de otros servicios públicos, lo que podría prolongar el periodo de inflación elevada hasta 2027.