Colombia enfrenta un creciente déficit de gas natural que amenaza la seguridad energética y el bolsillo de los consumidores. La calificadora Fitch Ratings advirtió que el desbalance entre oferta y demanda, estimado entre 5 % y 7 % para 2025, se duplicará a 12 % en 2026 y podría alcanzar un crítico 27 % en 2027, lo que elevará la dependencia de las importaciones y la presión sobre las tarifas. La raíz del problema es una combinación de la declinación en la producción local, que en mayo de 2025 alcanzó su nivel más bajo en 10 años con una contracción del 18,1 % frente a 2024, y los retrasos en la entrada de nuevos suministros. En lo corrido de 2025, el 20 % del consumo de gas ya ha sido importado, y la presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas, alertó que esta cifra "podría superar el 50 % en 2029" si no se toman decisiones firmes. Expertos como Felipe Bayón, presidente de GeoPark, han señalado que el déficit actual podría ser del 15 % al 17 %, escalando al 30 % en 2026.
La consecuencia directa es el encarecimiento del servicio, ya que el gas importado es más costoso y la regulación permite trasladar estos sobrecostos a los usuarios finales.
De hecho, la factura de gas para un colombiano promedio ya ha subido entre un 13 % y un 15 % de 2024 a 2025.
Fitch proyecta que esta situación podría llevar los precios en bolsa por encima de los US$20 por millón de BTU, duplicando los niveles históricos.
Para mitigar la situación, Ecopetrol anunció la oferta de entre 46 y 60 Gbtud adicionales, pero la solución estructural sigue siendo un desafío.
En resumenLa brecha creciente entre la producción y la demanda de gas natural en Colombia representa un riesgo estructural para la economía. Con un déficit que podría llegar al 27 % en 2027, el país se enfrenta a una mayor dependencia de importaciones costosas, un aumento inevitable en las tarifas para los consumidores y un riesgo elevado de racionamiento para el sector industrial.