El principal motor ha sido el amplio diferencial de tasas de interés entre Colombia y Estados Unidos. La postura cautelosa del Banco de la República, que ha limitado los recortes de su tasa de interés ante una inflación persistente, mantiene el atractivo del peso para inversionistas que realizan estrategias de *carry trade*. El gerente del banco central, Leonardo Villar, atribuyó la dinámica también a la "monetización de recursos gigantescos por parte del Gobierno", lo que ha inyectado liquidez al mercado. Por su parte, el presidente Gustavo Petro ha vinculado directamente la revaluación a la alta tasa de interés del emisor. Analistas de JP Tactical Trading y Credicorp Capital han señalado que el mercado local se encontraba "muy sobrevendido", lo que ha propiciado una corrección técnica, aunque la tendencia de fondo se mantiene.

Pese al optimismo por el fin del cierre del gobierno en EE. UU., que ha impulsado el apetito por activos de riesgo a nivel global, el movimiento del peso colombiano ha sido particularmente pronunciado en la región, superando a sus pares de México y Brasil.