Aunque el nivel de compromisos en inversión (75,3 %) es similar al de funcionamiento (76,1 %), la diferencia crítica radica en la ejecución real. Mientras que en funcionamiento se han obligado el 71 % de los recursos, en inversión esta cifra apenas llega al 46,6 %, lo que evidencia un rezago de $30,5 billones en este rubro. El gasto se ha concentrado principalmente en rubros de funcionamiento como transferencias a entidades territoriales, pensiones y aseguramiento en salud, que suman $157,6 billones. El informe destaca que, del total apropiado para inversión de $83,9 billones, el valor de los contratos firmados o actos administrativos (obligaciones) es de solo $39,1 billones. Este lento avance en la inversión pública es una preocupación para los analistas, ya que limita el impulso a la actividad económica y la generación de empleo, a pesar de que el nivel general de ejecución presupuestal se mantiene en línea con los promedios históricos.