Según las autoridades locales, el evento atrajo a más de 50.000 espectadores, de los cuales el 51 % no eran residentes de Cali, incluyendo turistas de España, Estados Unidos, México y Japón. Esta afluencia de visitantes impulsó el sector turístico, que creció alrededor del 3,4 % en la ciudad. Además de la hotelería, sectores como el comercio minorista, la gastronomía y el entretenimiento nocturno reportaron incrementos significativos en sus ventas, con un aumento superior al 14 % para bares y restaurantes. El evento también fue un motor de empleo, generando cerca de 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos en logística, montaje y operaciones. El alcalde Alejandro Eder destacó que los conciertos demostraron la capacidad de Cali para organizar eventos de clase mundial de manera segura y ejemplar, abriendo la puerta a futuras producciones de gran escala.