Esta cifra representa un incremento del 7% frente al año anterior y evidencia una preocupante tendencia en la seguridad del sector minorista. Un hallazgo clave del estudio es el cambio en la composición del delito: mientras el robo externo disminuyó su participación en un 2%, el robo interno, perpetrado por empleados, creció en la misma proporción. Jaime Alberto Cabal, presidente de FENALCO, expresó que este fenómeno “preocupa no solo por su impacto económico, sino porque revela un deterioro en los valores y en la confianza dentro de las empresas”.

El informe detalla que las categorías más afectadas son los abarrotes, productos del hogar (que entran por primera vez al listado), carnes frías, licores y dulces.

Las modalidades de hurto se han vuelto más sofisticadas, incluyendo el uso de bolsas de aluminio para evadir alarmas y la complicidad con personal interno. Otro dato alarmante es la caída en la eficacia de la judicialización de los casos. En las ciudades principales, el porcentaje de casos que avanzan judicialmente cayó del 56% en 2023 al 36% en 2024, lo que, según el gremio, reduce la respuesta institucional frente al delito.