Asobancaria advirtió que la medida “podría sepultar iniciativas tan importantes como Bre-B”, la gran apuesta del país para reducir el uso del efectivo. Jonathan Malagón, presidente del gremio, señaló que al no tener el efectivo ninguna retención, la medida podría incentivar la informalidad. De manera similar, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, calificó la propuesta como “una muy mala idea” y un “tiro en el pie”, argumentando que desincentiva el uso de sistemas digitales y fomenta el regreso al efectivo. Los presidentes de Banco de Bogotá, César Prado, y Davivienda, Javier Suárez, también criticaron la medida. Prado la calificó como una “señal pésima e inoportuna, producto del desespero fiscal del Gobierno”, mientras que Suárez advirtió que atenta contra los principios de Bre-B: interoperabilidad, inmediatez y gratuidad. El Gobierno y la DIAN han aclarado que la retención no afectaría las transferencias entre personas naturales, sino únicamente a los comercios que reciben ingresos por ventas, y que estarían exentas las personas naturales no responsables de IVA.