Las organizaciones laborales argumentan que la eliminación del arancel no representa una medida de competitividad, sino una “sentencia de muerte” para la industria local, que se vería enfrentada a una competencia desleal. Denuncian que los hilos asiáticos llegan al país con precios artificialmente bajos gracias a subsidios en sus países de origen, lo que distorsiona el mercado. Según la CGT, el impacto de la eliminación del arancel en el costo final de las prendas de vestir sería mínimo, con una reducción de apenas el 1,5 %, mientras que los productos importados seguirían siendo hasta un 50 % más baratos. Los sindicatos aseguran que la decisión fue tomada por instrucción directa del presidente Petro, a pesar de las observaciones enviadas por las organizaciones laborales, empresarios del sector y agricultores de algodón. Como alternativa, las centrales obreras piden al Gobierno combatir la evasión de impuestos en plataformas digitales de comercio electrónico y suspender la expedición del decreto para realizar una evaluación técnica y social más profunda.