Sin embargo, expertos y empresarios advierten que Colombia enfrenta barreras que impiden este ciclo virtuoso. Se critica que la fragmentación institucional, la falta de confianza y una cultura que castiga el riesgo han impedido que las inversiones en ciencia y tecnología se traduzcan en resultados tangibles, como lo demuestra la caída del país en el Índice Global de Innovación. En lugar de un ecosistema que fomente la creación de nuevas empresas y la adopción de tecnologías disruptivas, prevalece un entorno donde la burocracia, la tramitomanía y la falta de políticas de largo plazo ahogan el potencial innovador. La discusión, avivada por el prestigioso premio, insta a empresas y al Gobierno a adoptar un enfoque que valore la ciencia básica, asuma riesgos creativos y construya un pacto de confianza que permita transformar el conocimiento en desarrollo económico sostenible, superando el modelo de mejoras incrementales y de bajo riesgo que ha caracterizado al país.