Los principales impulsores del alza de precios serían los arriendos, los servicios públicos (especialmente el gas), la educación y los restaurantes.

Esta persistencia inflacionaria, sumada a un crecimiento económico más rápido de lo esperado y un déficit fiscal elevado, llevó a la Junta Directiva del Banco de la República a mantener su tasa de interés en 9,25% en su última reunión. El gerente Leonardo Villar señaló que un “fuerte aumento en el salario mínimo” a principios de año fue una de las sorpresas que impidió una mayor reducción de la inflación, sacrificando el poder adquisitivo de los trabajadores.