El debate sobre el salario mínimo para 2026 se ha anticipado, generando un choque entre la visión del Gobierno Nacional y las preocupaciones del sector empresarial. El Ejecutivo, en cabeza del presidente Gustavo Petro y el ministro de Hacienda, Germán Ávila, ha manifestado su intención de decretar un aumento “por encima de la inflación”, con cifras que analistas y gremios sitúan entre el 9 % y el 12,4 %. Esta política busca mantener la tendencia de los últimos tres años de garantizar un crecimiento real en el poder adquisitivo de los trabajadores. Una propuesta de un alza del 11 %, por ejemplo, elevaría el salario de $1.423.500 a cerca de $1.580.085. El ministro Ávila aseguró que “es política general del presidente Petro y del gobierno estimular un crecimiento del salario mínimo en términos reales”.
Sin embargo, esta postura ha encendido las alarmas en el sector privado.
Gremios como Fenalco han calificado un posible aumento del 11 % como “muy preocupante”, argumentando que, sumado a los costos de la reforma laboral, podría desincentivar la contratación formal y afectar la sostenibilidad de las empresas. Una encuesta de la Federación Colombiana de Gestión Humana (ACRIP) reveló que los empresarios consideran que el ajuste no debería superar el 7 %, una cifra que combinaría la inflación proyectada (cercana al 5 %) más la productividad. Por su parte, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, advirtió que un aumento “ocho puntos porcentuales por encima de las expectativas de la meta de inflación” dificulta el control de precios y “termina sacrificando el poder adquisitivo de los trabajadores”.
En resumenEl Gobierno Nacional planea un aumento del salario mínimo para 2026 significativamente superior a la inflación, con propuestas que rondan el 11 %. Mientras el Ejecutivo busca mejorar el poder adquisitivo, gremios empresariales y analistas advierten sobre los riesgos para el empleo y la estabilidad de precios, sugiriendo un alza más moderada, cercana al 7 %.