Sin embargo, a pesar de la cifra principal, persisten desafíos estructurales significativos. La informalidad laboral, aunque con una leve reducción, se mantiene en un elevado 55,7 %, lo que significa que más de la mitad de los ocupados carecen de garantías y protección social. Adicionalmente, la brecha de género sigue siendo una preocupación, con una tasa de desempleo para las mujeres del 11,2 % frente al 6,7 % para los hombres.

En algunas ciudades como Neiva, la situación fue contraria a la tendencia nacional, registrando un leve aumento en la desocupación, lo que evidencia las disparidades regionales que aún enfrenta la economía colombiana.